lunes, 2 de abril de 2018


Fungi

El término fungi (latín: "hongos") designa a un grupo de organismos eucariotas entre los que se encuentran los mohos, las levaduras y los organismos productores de setas. Se clasifican en un reino distinto al de las plantas, animales y protistas. Se distinguen de las plantas en que son heterótrofos; y de los animales que poseen paredes celulares, como las plantas, compuestas por quitina, en vez de celulosa, y que se alimentan por absorción, como las plantas. Se ha descubierto que organismos que parecían hongos en realidad no lo eran, y que organismos que no lo parecían en realidad sí lo eran, si llamamos "hongo" a todos los organismos derivados del que ancestralmente adquirió la capacidad de formar una pared celular de quitina. Debido a ello, si bien este taxón está bien delimitado desde el punto de vista evolutivo, aún se están estudiando las relaciones filogenéticas de los grupos menos conocidos, y su lista de subtaxones ha cambiado mucho con el tiempo en lo que respecta a grupos muy derivados o muy basales. 

Los hongos se encuentran en hábitats muy diversos: pueden ser pirófilos (Pholiota carbonaria) o coprófilos (Psilocybe coprophila). Según su ecología, se pueden clasificar en cuatro grupos: saprofitos, liquenizados, micorrizógenos y parásitos. Los hongos saprofitos pueden ser sustrato específicos: Marasmius buxi o no específicos: Mycena pura. Los simbiontes pueden ser: hongos liquenizados basidiolichenes: Omphalina ericetorum y ascolichenes: Cladonia coccifera y hongos micorrízicos: específicos: Lactarius torminosus (solo micorriza con abedules) y no específicos: Hebeloma mesophaeum. En la mayoría de los casos, sus representantes son poco conspicuos debido a su diminuto tamaño; suelen vivir en suelos y juntos a materiales en descomposición y como simbiontes de plantas, animales u otros hongos. Cuando fructifican, no obstante, producen esporocarpos llamativos (las setas son un ejemplo de ello). Realizan una digestión externa de sus alimentos, secretando enzimas, y que absorben luego las moléculas disueltas resultantes de la digestión. A esta forma de alimentación se le llama osmotrofia, la cual es similar a la que se da en las plantas, pero, a diferencia de aquellas, los nutrientes que toman son orgánicos. Los hongos son los descomponedores primarios de la materia muerta de plantas y de animales en muchos ecosistemas, y como tales poseen un papel ecológico muy relevante en los ciclos biogeoquímicos

Los hongos tienen importancia económica: las levaduras son las responsables de la fermentación de la cerveza y el pan, y se da la recolección y el cultivo de setas como las trufas. Desde 1940 se han empleado para producir industrialmente antibióticos, así como enzimas (especialmente proteasas). Algunas especies son agentes de biocontrol de plagas. Otras producen micotoxinas, compuestos bioactivos (como los alcaloides) que son tóxicos para humanos y otros animales. Las enfermedades fúngicas afectan a humanos, otros animales y plantas; en estas últimas, afecta a la seguridad alimentaria y al rendimiento de los cultivos. 

Los hongos se presentan bajo dos formas principales: hongos filamentosos (antiguamente llamados "mohos") y hongos levaduriformes. El cuerpo de un hongo filamentoso tiene dos porciones, una reproductiva y otra vegetativa. ​ La parte vegetativa, que es haploide y generalmente no presenta coloración, está compuesta por filamentos llamados hifas (usualmente microscópicas); un conjunto de hifas conforma el micelio (usualmente visible). A menudo las hifas están divididas por tabiques llamados septos

Los hongos levaduriformes —levaduras— son siempre unicelulares, de forma casi esférica. No existe en ellos una distinción entre cuerpo vegetativo y reproductivo. 
Dentro del esquema de los cinco reinos de Wittaker y Margulis, los hongos pertenecen en parte al reino protista (los hongos ameboides y los hongos con zoosporas) y al reino Fungi (el resto). 

En el esquema de ocho reinos de Cavalier-Smith pertenecen en parte al reino Protozoa (los hongos ameboides), al reino Chromista (los Pseudofungi) y al reino Fungi todos los demás.. La diversidad de taxones englobada en el grupo está poco estudiada; se estima que existen unas 1,5 millones de especies, de las cuales apenas el 5 % han sido clasificadas. 

Durante los siglos XVIII y XIX, Carlos Linneo, Christiaan Hendrik Persoon, y Elias Magnus Fries clasificaron a los hongos de acuerdo a su morfología o fisiología. Actualmente, las técnicas de biología molecular han permitido el establecimiento de una taxonomía molecular basada en secuencias de ácido desoxirribonucleico (ADN), que divide al grupo en siete filos

La especialidad de la biología que se ocupa de los hongos se llama micología, donde se emplea el sufijo -mycota para las divisiones y -mycetes para las clases. 

El término «Fungi» es el plural de la palabra latina fungus, empleado ya por el poeta Horacio y el naturalista Plinio el Viejo para nombrar a sus cuerpos fructíferos, que en castellano dio origen a la palabra «hongo» así como a la palabra fungus en inglés. ​ En cambio, en otros idiomas la raíz es el vocablo de griego antiguo σφογγος (esponja), que hace referencia a las estructuras macroscópicas de mohos y setas; de esta han derivado los términos alemanes Schwamm (esponja), Schimmel (moho), el francés champignon y a través de este último el español «champiñón».4​ La disciplina que estudia los hongos, la micología, deriva del griego mykes/μύκης (hongo) y logos/λόγος (discurso);5​ se cree que fue creada por el naturalista inglés Miles Joseph Berkeley en su publicación de 1836 The English Flora of Sir James Edward Smith, Vol. 5.4​ 

Características 

Antes del desarrollo de los análisis moleculares de ARN y su aplicación en la dilucidación de la filogenia del grupo, los taxónomos clasificaban a los hongos en el grupo de las plantas debido a la semejanza entre sus formas de vida (fundamentalmente, la ausencia de locomoción y una morfología semejante). Como ellas, los hongos crecen en el suelo y, en el caso de las setas, forman cuerpos fructíferos que en algunos casos guardan parecido con ejemplares de plantas, como los musgos. No obstante, los estudios filogenéticos indicaron que forman parte de un reino separado del de los animales y plantas, de los cuales se separó hace aproximadamente mil millones de años ​ 

Algunas de las características morfológicas, bioquímicas y genéticas de los hongos son comunes a otros organismos; no obstante, otras son exclusivas, lo que permite su separación de otros seres vivos. 

Como otros eucariotas, los hongos poseen células delimitadas por una membrana plasmática rica en esteroles y que contienen un núcleo que alberga el material genético en forma de cromosomas. Este material genético contiene genes y otros elementos codificantes así como elementos no codificantes, como los intrones. Poseen orgánulos celulares, como las mitocondrias y los ribosomas de tipo 80S. Como compuestos de reserva y glúcidos solubles poseen polialcoholes (p.e. el manitol), disacáridos (como la trehalosa) y polisacáridos (como el glucógeno, que, además, se encuentra presente en animales). Al igual que los animales, los hongos carecen de cloroplastos. Esto se debe a su carácter heterotrófico, que exige que obtengan como fuente de carbono, energía y poder reductor compuestos orgánicos. 

A semejanza de las plantas, los hongos poseen pared celular8​ y vacuolas.9​ Se reproducen de forma sexual y asexual, y, como los helechos y musgos, producen esporas. Debido a su ciclo vital, poseen núcleos haploides habitualmente, al igual que los musgos y las algas.

Los hongos guardan parecido con euglenoides y bacterias. Todos ellos producen el aminoácido L-lisina mediante la vía de biosíntesis del ácido alfa-aminoadípico.

Las células de los hongos suelen poseer un aspecto filamentoso, siendo tubulares y alargadas. En su interior, es común que se encuentren varios núcleos; en sus extremos, zonas de crecimiento, se da una agregación de vesículas que contienen proteínas, lípidos y moléculas orgánicas llamadas Spitzenkörper. Hongos y oomicetos poseen un tipo de crecimiento basado en hifas.​ Este hecho es distintivo porque otros organismos filamentosos, las algas verdes, forman cadenas de células uninucleadas mediante procesos de división celular continuados.

Más de sesenta especies de hongos son bioluminiscentes, producen luz. 

Características diferenciales 

· Las levaduras, un grupo de hongos, presentan al menos una fase de su ciclo vital en forma unicelular; durante esta, se reproducen por gemación o bipartición. Se denominan hongos dimórficos a las especies que alternan una fase unicelular (de levadura) con otra miceliar (con hifas) 

· La pared celular de los hongos se compone de glucanos y quitina; los primeros se presentan también en plantas, y los segundos, en el exoesqueleto de artrópodos ​ esta combinación es única. Además, y a diferencia de las plantas y oomicetos, las paredes celulares de los hongos carecen de celulosa. 

· La mayoría de los hongos carecen de un sistema eficiente de transporte a distancia de sustancias (estructuras que en plantas conforman el xilema y floema). Algunas especies, como Armillaria, desarrollan rizomorfos, estructuras que guardan una relación funcional con las raíces de las plantas. 

· En cuanto a rutas metabólicas, los hongos poseen algunas vías biosintéticas comunes a las plantas, como la ruta de síntesis de terpenos a través del ácido mevalónico y el pirofosfato. ​ No obstante, las plantas poseen una segunda vía metabólica para la producción de estos isoprenoides que no se presenta en los hongos. Los metabolitos secundarios de los hongos son idénticos o muy semejantes a los vegetales. ​ La secuencia de aminoácidos de los péptidos que conforman las enzimas involucradas en estas rutas biosintéticas difieren no obstante de las de las plantas, sugiriendo un origen y evolución distintos. 

· Carecen de fases móviles, tales como formas flageladas, con la excepción de los gametos masculinos y las esporas de algunas formas filogenéticamente “primitivas” (los Chytridiomycota). 

· No poseen plasmodesmos

· La mayoría de los hongos crecen como hifas, estructuras cilíndricas y filiformes de 2 a 10 micrómetros de diámetro y hasta varios centímetros de longitud. Las hifas crecen en sus ápices; las hifas nuevas se forman típicamente por la aparición de nuevos ápices a lo largo de hifas preexistentes por un proceso llamado de ramificación, o —en ocasiones— el extremo apical de las hifas se bifurca, dando lugar a dos hifas con crecimiento paralelo. 

Reproducción 

Los hongos se reproducen sobre todo por medio de esporas, las cuales se dispersan en un estado latente, que se interrumpe solo cuando se hallan condiciones favorables para su germinación. Cuando estas condiciones se dan, la espora germina, surgiendo de ella una primera hifa, por cuya extensión y ramificación se va constituyendo un micelio. La velocidad de crecimiento de las hifas de un hongo es verdaderamente espectacular: en un hongo tropical llega hasta los 5 mm por minuto. Se puede decir, sin exagerar, que incluso es posible ver crecer a algunos hongos en tiempo real. 

Las esporas de los hongos se producen en esporangios, ya sea asexualmente o como resultado de un proceso de reproducción sexual. En este último caso la producción de esporas es precedida por la meiosis de las células, de la cual se originan las esporas mismas. Las esporas producidas a continuación de la meiosis se denominan meiosporas. Como la misma especie del hongo es capaz de reproducirse tanto asexual como sexualmente, las meiosporas tienen una capacidad de resistencia que les permite sobrevivir en las condiciones más adversas, mientras que las esporas producidas asexualmente cumplen sobre todo con el objetivo de propagar el hongo con la máxima rapidez y extensión posible. 

El micelio vegetativo de los hongos, o sea el que no cumple con las funciones reproductivas, tiene un aspecto muy simple, porque no es más que un conjunto de hifas dispuestas sin orden. La fantasía creativa de los hongos se manifiesta solo en la construcción de cuerpos fructíferos, los cuales, como indica el nombre, sirven para portar los esporangios que producen las esporas. 

Diversidad 

Los hongos poseen una distribución cosmopolita y poseen un amplio rango de hábitats, que incluyen ambientes extremos como los desiertos, áreas de extremada salinidad. ​ expuestas a radiación ionizante, o en los sedimentos de los fondos marinos. Algunos líquenes son resistentes a la radiación UV y cósmica presente en los viajes espaciales. ​ La mayoría son terrestres, aunque algunos, como Batrachochytrium dendrobatidis son estrictamente acuáticos. Este quítrido es responsable del declive en las poblaciones de anfibios; una de sus fases vitales, la zoóspora, le permite dispersarse en el agua y acceder a los anfibios, a los que parasita. Existen especies acuáticas propias de las áreas hidrotermales del océano. ​ 

Se han descrito unas 100 000 especies de hongos, ​ aunque la diversidad global no ha sido totalmente catalogada por los taxónomos. Empleando como herramienta de análisis el ratio entre el número de especies de hongos respecto al de plantas en hábitats seleccionados, se ha realizado una estima de una diversidad total de 1.5 millones de especies. La micología ha empleado diversas características para configurar el concepto de especie. La clasificación morfológica, basada en aspectos como el tamaño y forma de las estructuras de fructificación y las esporas, ha sido predominante en la taxonomía tradicional. ​ También se han empleado caracteres bioquímicos y fisiológicos, como la reacción ante determinados metabolitos. Se ha empleado la compatibilidad para la reproducción sexual mediante isogamia. Los métodos de taxonomía molecular, como el uso de marcadores moleculares y los análisis filogenéticos han permitido aumentar la discriminación entre variantes genéticas; esto ha aumentado la resolución a la hora de separar especies 

Caracteres para la identificación en hongos 

· Aspecto macroscópico de la colonia 

· Tipo de hifa 

· Colocación del o los esporóforos

· Presencia de esterigmatas o conidióforo) y el orden que presentan 

· Forma tamaño y distribución de las esporas 

· Presencia o no de rizoides. Solo se presentan en hongos de hifa no septada. Por ejemplo: Rihizopus, Rhizomucor, Absidia

· Practicar pruebas de identificación bioquímica. 

A los hongos se les trata desde la antigüedad como vegetales, por la inmovilidad y la presencia de pared celular, a pesar de que son heterótrofos. Esto significa que son incapaces de fijar carbono a través de la fotosíntesis, pero usan el carbono fijado por otros organismos para su metabolismo. Actualmente se sabe que los hongos son más cercanos al reino animal (Animalia) que al reino vegetal (Plantae), y se sitúan junto con los primeros en un taxón monofilético, dentro del grupo de los opistocontos

Durante la mayor parte de la era paleozoica, los hongos al parecer fueron acuáticos. El primer hongo terrestre apareció, probablemente, en el período silúrico, justo después de la aparición de las primeras plantas terrestres, aunque sus fósiles son fragmentarios. Los hongos de mayor altura que se conocen se desarrollaron hace 350 millones de años, es decir, en el período devónico y correspondían a los llamados protaxites, que alcanzaban los 6 m de altura. Se cree que con la aparición, poco tiempo después, de los primeros árboles hubo una competencia evolutiva que conllevó a la desaparición de los hongos altos. 

A diferencia de los animales, que ingieren el alimento, los hongos lo absorben, y sus células tienen pared celular. Debido a estas razones, estos organismos están situados en su propio reino biológico, llamado Fungi. 

Los hongos forman un grupo monofilético, lo que significa que todas las variedades de hongos provienen de un ancestro común. El origen monofilético de los hongos se ha confirmado mediante múltiples experimentos de filogenética molecular; los rasgos ancestrales que comparten incluyen la pared celular quitinosa y la heterotrofia por absorción, así como otras características compartidas. 

La taxonomía de los hongos está en un estado de rápida modificación, especialmente debido a artículos recientes basados en comparaciones de ADN, que a menudo traslocan las asunciones de los antiguos sistemas de clasificación. ​ No hay un sistema único plenamente aceptado en los niveles taxonómicos más elevados y hay cambios de nombres constantes en cada nivel, desde el nivel de especie hacia arriba y, según el grupo, también a nivel de especie y niveles inferiores. 

Pese al carácter monofilético o de un ancestro común, los hongos presentan una sorprendente variabilidad morfológica, dada no solo por el aspecto sino por las dimensiones y características. Así, son hongos los prototaxites de 6 m de altura, también lo son los mohos y levaduras, las setas (nombre que se da con precisión a los hongos macroscópicos comestibles que crecen sobre el suelo), las subterráneas trufas o los casi microscópicos, como el oidio o los de la tiña u otras micosis (ptiriasis), la roya, etcétera.
La asociación simbiótica de hongos con algas da lugar a los líquenes

Clasificación 
Clasificación clásica de los hongos 

Anteriormente se clasificaban como hongos todos los seres de aspecto fungoide y hábitos saprofíticos. Pero los estudios filogenéticos modernos separan al reino Fungi de los protistas o cromistas como Oomycota que en realidad no son verdaderos hongos, sino que sus adaptaciones hicieron confundirlos con ellos. 
· Hongos ameboides o mucilaginosos: 
· Mixomicotes (división Myxomycota
· Plasmodioforomicotes (división Plasmodiophoromycota
· Hongos lisotróficos o absorbotróficos: 
· Pseudohongos u oomicotes (división Oomycota
· Quitridios (división Chytridiomycota
· Hongos verdaderos o eumicotes (división Eumycota): 
· Zigomicetes (clase Zygomycetes
· Ascomicetes (clase Ascomycetes
· Basidiomicetes (clase Basidiomycetes

Clasificaciones actuales de los hongos 

Uno de los sistemas actualizados (2015), simplifica y le da a los hongos cinco divisiones ​ 

· Basidiomicetos (división Basidiomycota): Desarrollan setas llamadas basidiocarpos que producen basidios con basidiosporas

· Ascomicetos (división Ascomycota): Desarrollan ascas con ascosporas

· Glomeromicetos (división Glomeromycota): Micorrizas simbiontes de plantas con glomerosporas multinucleadas. 

· Zigomicetos (división Zygomycota): Mohos que forman zigosporas

· Quitridiomicetos (división Chytridiomycota sensu lato): Hongos microscópicos con zoosporas y gametos uniflagelados. 

Esta clasificación reconoce como válidos los grupos parafiléticos, que en este caso son Chytridiomycota y Zygomycota . 


Eumycota 

Eumycota es el grupo de los hongos verdaderos y se caracteriza por formar hifas. El ciclo de vida típico de Eumycota implica tres etapas: 1) el esporóforo produce y dispersa las esporas; 2) la espora germina y crece hasta formar el talo; 3) el talo finalmente fructifica y forma nuevamente esporóforos.45​ Sexualmente el ciclo se puede resumir en: esporóforo (meiosis) → espora → talo → gametangio → cigoto → esporóforo. Históricamente Whittaker (1969) dividió a Eumycota en Opisthomastigomycota y Amastigomycota: 

· Opisthomastigomycota, Chytridiomycota sensu lato, Ciliofungi o Zoosporiphera: Conocidos como quitridios, evolutivamente este grupo adquiere el desarrollo multicelular a través de la capacidad de formar hifas y sus gametos y esporas (zoosporas) son flagelados. Es un grupo parafilético pues incluye a los filos Chytridiomycota, Neocallimastigomycota y Blastocladiomycota 

· Amastigomycota o Eufungi: Grupo que presenta la adaptación al medio terrestre con pérdida de los flagelos en todo su ciclo de vida. Puede subdividirse en: 

· Zygomycota (parafilético), con reproducción sexual mediante zigosporas

· Glomeromycota, simbiontes de plantas (micorrizas

· Dikarya, conocidos como hongos superiores, con micelio generalmente muy ramificado y tabicado, membrana quitinosa y células con dos núcleos (dicariotas). 

Usos 
Hongos ornamentales 

Por la belleza que guardan los hongos, muchos se han usado con un fin estético y ornamental, incluyéndoselos en ofrendas que, acompañados con flores y ramas, son ofrecidas en diversas ceremonias. Los hongos que destacan entre los más empleados con fines ornamentales son los hongos psilocibios y la Amanita muscaria; esta última se ha convertido en el estereotipo de seta por lo altamente llamativa que es, ya que está compuesta por un talo blanco y una sombrilla (basidiocarpo) roja, moteada de color blanco. 
Hongos alimenticios 

El primer empleo directo que se les dio a los hongos es el de alimento. Mucho se ha discutido sobre el valor nutritivo de ellos, si bien es cierto a la mayoría se les puede considerar con elevada calidad porque contienen una buena proporción de proteínas y vitaminas y escasa cantidad de carbohidratos y lípidos

Dentro de los hongos más consumidos tenemos a: Boletus edulis, Lactarius deliciosus, Russula brevipes y Amanita caesarea. Otros hongos que se consumen notablemente son: Agaricus campestris y A. bisporus, comúnmente conocidos como "champiñones" u "hongos de París"; la importancia de estos se debe a que son de las pocas especies que pueden cultivarse artificialmente y de manera industrial. 

Los hongos microscópicos también han invertido directa o indirectamente para la creación de fuentes alimenticias y representan una expectativa de apoyo para el futuro; en este campo cabe citar los trabajos de obtención de biomasa, a partir de levaduras como Candida utilis, que se usa para mejorar el alimento forrajero. 

El crecimiento de diversos hongos incluidos sobre algunos alimentos también pueden elevar el nivel nutricional de estos; en algunos pueblos mexicanosse consume una bebida fermentada a base de maíz molido, que se le conoce popularmente con el nombre de "pozol" o atole agrio, estudios indican que al aumentar los días de fermentación de este, se incrementa la forma microbiológica, proporcionando principalmente sobre todo amino ácidos y proteínas. 

Igualmente destaca hongos parásitos de diversas especies vegetales los cuales también son comestibles. Entre ellos podemos mencionar al Ustilago maydis, una especie de hongo comestible parásito del maíz; o la Cyttaria espinosae, un hongo comestible y parásito estricto y específico del árbol Nothofagus

También se encuentra el ejemplo del hongo parásito Cyttaria darwinii, cuyo micelio se encuentra dentro de ramas o troncos de lengas, guindos y ñires. como respuesta a la presencia del hongo, el árbol produce una multiplicación celular anormal o tumoración llamada nudo de lenga. la estrategia del árbol para defenderse del hongo no llega a eliminarlo, ya que periódicamente fructifica en esferas cuyo color varia desde el blanco al anaranjado llamadas pan de indio. ​ Es un parásito débil ya que las ramas mueren poco a poco, pero el árbol se mantiene vivo por mucho tiempo. las fructificaciones del hongo aparecen en primavera y permanecen hasta su maduración en la próxima primavera. otro parásito similar es el Llao - Llao (Cyttaria harioti). 

Hongos enteógenos (hongos alucinógenos) 

Los hongos enteógenos (con propiedades psicotrópicas) cobran particular importancia en Mesoamérica, debido a que se encuentran ampliamente distribuidos. Al igual que con los individuos del género Claviceps, los hongos alucinógenos, también llamados hongos psilocibios, han sido utilizados por la industria farmacéutica para la extracción de productos con fines psicoterapéuticos (psilocibinas y psilocinas) y también algunas especies del género Monera. Algunos hongos reportados como tóxicos son en realidad enteógenos. 
Hongos medicinales 

Desde el descubrimiento por Fleming de la penicilina como un metabolito del mecanismo antagónico que tienen los hongos contra otros microorganismos, se ha desarrollado una gran industria para el descubrimiento, separación y comercialización de nuevos antibióticos. Entre los hongos medicinales más importantes destacan varias especies del género Penicillium, como el Penicillium notatum y Penicillium chrysogenicum, de los que se extrae la penicilina, Ganoderma lucidum, Trametes versicolor (o Coriolus v.), Agaricus blazei, Cordyceps sinensis y Grifola frondosa, entre muchos otros. 
Hongos contaminantes 

Los hongos contaminantes resultan un grave problema para el ser humano; dentro de las setas cabe mencionar las que parasitan y pudren la madera, como Coniophara o las comúnmente denominadas "orejas". Sin embargo, el mayor perjuicio se obtiene de los hongos microscópicos, sobresaliendo los mohos que pueden atacar y degradar tanto materiales como alimentos. Los hongos y mohos que parasitan materiales de construcción y alimentos producen sustancias que, en ciertas concentraciones, pueden resultar tóxicas para animales y el hombre. 

Hongos venenosos 

En la naturaleza, solo ciertas variedades de hongos son comestibles, el resto son tóxicos por ingestión pudiendo causar severos daños multisistémicos e incluso la muerte. La Micología tiene estudios detallados sobre estas variedades de hongos. Especies como la Amanita phalloides, Cortinarius orellanus, Amanita muscaria, Chlorophyllum molybdites, Galerina marginata o la Lepiota helveola debido a sus enzimas tóxicas para el ser humano causan síntomas como: taquicardias, vómitos y cólicos dolorosos, sudor frío, exceso de sed y caídas bruscas de la presión arterial, excreciones sanguinolentas. La víctima contrae graves lesiones necróticas en todos los órganos especialmente en el hígado y el riñón. Estos daños son muchas veces irreparables y se requiere trasplante de órganos por lo general. 

La identificación de las diferentes especies de hongos venenosos requiere el conocimiento visual de su morfología específica. No existe ninguna regla general válida para su reconocimiento. 

Los hongos como parásitos 

Si bien muchos hongos son útiles, otros pueden infectar a plantas o animales, perturbando su equilibrio interno y enfermándolos. Los hongos parásitos causan graves enfermedades en plantas y animales. Unos cuantos causan enfermedades al ser humano. 
· Enfermedades vegetales: Los hongos causan enfermedades como el tizón del maíz, que destruye granos; los mildiús que infectan una gran variedad de frutas también son hongos. Las enfermedades micóticas causan la pérdida del 15 % de las cosechas en las regiones templadas del mundo. En las regiones tropicales, donde la alta humedad favorece el crecimiento de los hongos, la perdida puede llegar al 50%. Un ejemplo de una enfermedad micótica conocida como la roya del trigo, afecta a uno de los cultivos más importantes en América del Norte

Las royas se deben a un tipo de basidiomiceto que necesita dos plantas distintas para completar su ciclo de vida. El viento lleva a los trigales las esporas que la roya produce en el agracejo. Las esporas germinan en los trigales, infectan las plantas de trigo y producen otro tipo de espora que infecta al trigo, con lo que la enfermedad se propaga rápidamente. Ya avanzada la temporada de cosecha, la roya produce un nuevo tipo de espora negra y resistente, la cual sobrevive fácilmente al invierno. En la primavera, esta espora pasa por una fase sexual y reproduce esporas que infectan al agracejo, recomenzando nuevamente el ciclo. Por fortuna, una vez que los agrónomos entendieron el ciclo de vida de la roya, pudieron frenarla destruyendo los agracejos. 

· Enfermedades humanas: Los hongos parásitos también infectan al ser humano. Un deuteromiceto puede infectar el área de entre los dedos de los pies y causar la infección conocida como pie de atleta. Los hongos forman un micelio directamente en las capas exteriores de la piel. Esto produce una llaga inflamada desde la que las esporas pasan fácilmente a otras personas. Cuando los hongos infectan otras áreas, como el cuero cabelludo, producen una llaga escamosa roja llamada tiña. El microorganismo Candida albicans, una levadura, puede trastornar el equilibrio interno del cuerpo humano y producir enfermedad micótica. Crece en regiones húmedas del cuerpo, sin embargo, el sistema inmunológico y otras bacterias competidoras normalmente la controlan. 

· Enfermedades animales: Las enfermedades micóticas también afectan a los animales. Un ejemplo destacado es la infección por un hongo entomopatógeno del género Cordyceps. Este hongo infecta a los saltamontes. Las esporas microscópicas germinan en el saltamontes y producen enzimas que poco a poco penetran el fuerte exoesqueleto del insecto. Las esporas se multiplican y digieren las células y los tejidos del insecto, hasta matarlo. Al final del proceso de digestión, nacen hifas que cubren el exoesqueleto en descomposición con una red de material micótico. Entonces salen estructuras reproductoras de los restos del saltamontes, que producen esporas y propagan la infección 

Micocultura 

.El cultivo de los hongos se llama micocultura, y se practica por su interés económico o científico. En el primer caso se trata por ejemplo de especies comestibles de géneros como Agaricus o Pleurotus, o de especies saprotróficas que producen sustancias alopáticas (antibióticos) como la penicilina, producida por hongos del género penicilium. Las levaduras son importantes en la producción de alimentos o bebidas fermentadas, especialmente las del género Saccharomyces, y también como organismos modelo en la investigación biológica. 

Los hongos generalmente se desarrollan mejor en la semi oscuridad y en ambientes húmedos. 
Entre los hongos cultivados, se encuentran los hongos culinarios como por ejemplo el champiñón o las trufas y otras variedades. Es posible cultivar o dejar que prosperen mohos para su estudio en casa o en la escuela. un ejemplo de ello es el observar sobre el pan humedecido como crece pronto un micelio de Rhizopus, que forma esporangios globosos y oscuros; y en la cáscara de los cítricos se desarrolla enseguida Penicillium, con sus características esporas verdeazuladas. }

Sin embargo, mejor no invente, es recomendable hacer estos estudios bajo la supervisión de un micólogo o especialista debido a que hay hongos que son altamente peligrosos. En general como precaución, se debe evitar el inhalar cantidades altas de esporas de hongos; ya que aunque muchas veces no son directamente infecciosos, pueden causar alergias

Fuente:Fungi

domingo, 25 de febrero de 2018

Glaciares


Casquete polar ártico. 
Groenlandia está en la parte superior derecha.

El Casquete polar o capa de hielo, es la gran masa de hielo que cubre terrenos, islas y mares en altas latitudes, tanto en el Ártico como en la Antártida. Son el conjunto de glaciares que cubren un polo de la Tierra, o también de algún otro planeta como sucede en Marte, cuyos casquetes polares son de hielo seco.

Según se trate de la zona polar norte o sur, tenemos los siguientes casquetes polares:


Casquete polar antártico: Cubre el 98% de la Antártida y tiene un espesor promedio de 1,6 km.

Según se encuentre sobre áreas continentales u oceánicas, recibe las siguientes denominaciones:

Indlandsis: Son los grandes glaciares que cubren las áreas continentales e isla
Banquisa: Es la capa de hielo marino que se encuentra flotante en las regiones oceánicas polares.

Un indlandsis (en danés, «hielo interior») es una masa de hielo de gran espesor que cubre una región extensa de la superficie continental en las regiones polares de la Tierra. Se localizan en latitudes extremas con una extensión convencional de más de 50 000 km². En otros tiempos geológicos había un número mayor y cubrían una superficie más extensa, pero en la actualidad sólo cubren la Antártida y Groenlandia.

El término indlandsis se aplicó inicialmente a las zonas cubiertas por hielos permanentes de Groenlandia, Islandia y los archipiélagos árticos. En la actualidad, es usado por los geógrafos para referirse a todo campo de hielo de dimensiones continentales y que persiste durante siglos.

Los indlandsis poseen una forma cupular con una gran curvatura, independientemente del relieve que posea el sustrato en que están asentados. El peso del hielo (en las partes más profundas "hielo fósil") (en la Antártida llega a tener 2 000 m de espesor) provoca que la superficie de la litosfera bajo el hielo se encuentre en una buena parte bajo el nivel del mar. El hielo glaciar puede ser visto como una roca sólida que contribuye a la estructura de la corteza y condiciona su equilibrio isostático.

Durante los períodos glaciales, la extensión de las capas de hielo se amplía considerablemente: en el Würm o wurmiense, los casquetes se extendieron por Europa y Norteamérica hasta unos 45º grados de latitud.

Durante los períodos cálidos interglaciales, el retroceso de las capas de hielo deja señaladas huellas en el relieve de las tierras emergidas. 

En primer lugar, se produce por isostasia una lenta elevación del territorio que ha estado bajo el hielo, y se presentan formaciones geofísicas características: escudos —extensas planicies y llanuras debidas a la fuerte erosión que causa la capa de hielo al avanzar y retroceder—. Esto se aprecia especialmente en el hemisferio norte, en donde destacan el Escudo Canadiense y el Escudo Báltico, lagos glaciares, colinas morrénicas (especialmente drumlins), valles de origen glaciar, fiordos, firths, rías, gigantescos cantos rodados y —como ocurre en la Patagonia argentina— picachos aislados (antiguos nunataks) llamados chihuidos.


El ser humano siempre ha sentido una atracción invencible hacia lo desconocido, y se ha entregado en cuerpo y alma a descorrer los velos del misterio allí donde estuvieren, sin detenerse ante los peores peligros y ni aún ante la posibilidad de enfrentar la muerte.

Las cumbres más altas del planeta, los desiertos más hostiles, los ríos cuyas fuentes nunca se han mostrado al hombre, las civilizaciones más inaccesibles y… los Polos, con sus nieves eternas y su blancura infinita que arrebata la razón y puebla el horizonte de espejismos no menos engañosos que aquellos con los que el desierto tienta a los osados que pretenden penetrar sus secretos.

Muchos han sido los hombres que se han aventurado a explorar los Polos de la Tierra. De todos ellos el más conocido y a quien la fama ha aureolado más es el noruego Roald Amundsen, verdadero titán cuyas hazañas están escritas en el Libro de Oro de la especie humana. Sin embargo, ha sido el norteamericano Richard Evelyn Byrd quien se ha convertido en una fuente de leyendas fascinantes sobre el Ártico, aunque hoy se le recuerda poco y mal, y sus testimonios sobre lo que vio en esas regiones despobladas no gozan de credibilidad.

Ciertamente, desde la Antigüedad los Polos aparecen sugeridos en las tradiciones de algunas culturas ancestrales en las que se hace referencia a una época remotísima en que el eje terrestre no estaba inclinado como hoy, sino que era perpendicular, y el clima era bien diferente del que conocemos.

Se dice que en aquel tiempo los Polos eran regiones verdes y fértiles muy pobladas y con una flora y una fauna muy ricas, y el mayor desierto del planeta, el Sahara, era un vergel donde muy bien pudo haber estado el Jardín del Edén del que hablan no solo la Biblia, sino también otros libros inaugurales que hacen referencia a una región paradisíaca cruzada por muchos ríos.

Ciertas pinturas rupestres de Tassili in Assier, en el Sahel, norte de África, muestran hombres remando en barcas, y es mundialmente conocida la Cueva de los Nadadores gracias al filme El paciente inglés, donde muchas pinturas muestran hombres que nadan en una corriente pletórica. Cuentan las leyendas que el choque de un gran cuerpo celeste con la Tierra provocó la inclinación del eje terrestre, y trajo por consecuencia un cambio climático que despobló esas regiones tan fértiles convirtiéndolas en las inmensas extensiones estériles y desoladas que vemos en la actualidad.

Otra versión del gran cataclismo es mundialmente célebre y habla del hundimiento de un inmenso continente, la Atlántida, hecho del que, si bien existen ciertos hallazgos arqueológicos, estos no son lo suficientemente contundentes como para ir más allá de la comprobación de un terremoto portentoso que hizo desaparecer en el mar algunas tierras, y cuyos efectos, en forma de maremotos y nubes de ceniza que oscurecieron una vasta zona de Europa y África, quedaron plasmados en las primeras formas literarias del pasado como alusiones a un gran diluvio e inundaciones que aniquilaron una gran parte de la humanidad y modificaron la geografía terrestre.

La historia del capitán Byrd (Winchester, Virginia, 25 de octubre de 1888Boston, Massachusetts, 11 de marzo de 1957), se relaciona con estas leyendas y con otra que se deriva de ellas: la existencia de la Tierra Hueca, una serie de túneles y ciudades subterráneas donde supuestamente se habrían refugiado algunos grupos sobrevivientes del gran cataclismo, mientras que otros habrían llegado en sus embarcaciones a algunos puntos de Tierra firme como Egipto y hasta las costas de Yucatán, según afirman los libros sagrados del Popol Vuh y el Chilám Balám. Estos sobrevivientes habrían pertenecido a una humanidad anterior a la nuestra, probablemente del período terciario, por lo que tendrían características biogenéticas diferentes de las nuestras. En algunas versiones de la Tierra Hueca, esta “humanidad” sería un residuo de razas extraterrestres que fueron las primeras en poblar nuestro planeta.

Sin embargo, el capitán Byrd en sus comienzos era un hombre común aunque reputado por su gran valor personal, un militar norteamericano como tantos otros, un aviador que en 1925 realizó su primer vuelo sobre la isla Ellesmere partiendo desde una base en Groenlandia. El éxito del vuelo le hizo concebir el deseo de alcanzar el Polo Norte con su avión. Un año después voló sobre Kingsbay (ahora Ny-Alesund), Spitsbergen (Svalbard) a bordo de un monoplano Fokker, llevando como copiloto a Floyd Bennett.

A su regreso afirmó haber volado sobre el Polo Norte y anunció su intención de hacerlo también sobre el Polo Sur. Su hazaña le otorgó celebridad y financiamiento para llevar a cabo sus planes, que materializó en 1928. En esa ocasión partió de un campamento base ubicado en la punta norte de la isla Roosevelt, en el mar de Ross. Allí permaneció catorce meses preparando su proyecto. Finalmente voló en 1929. El descubrió la tierra que se llama Mary Byrd Land e importantes cadenas montañosas y exploró la tierra de Eduardo VII.

Como le había ocurrido a tantos otros antes que él, el tema de los Polos se le convirtió en una obsesión. Organizó otras tres expediciones entre 1939 y 1955, en las que utilizó, además, de aviones, helicópteros y submarinos, lo que permitió un conocimiento mucho más preciso sobre la Antártida y estableciendo su continentalidad. Le fue erigido un busto en la Base McMurdo, Isla de Ross, (Antártida).

Byrd también organizó la Operación Highjump, cuya denominación oficial era The United States Navy Antarctic Developments Program, o Programa de Desarrollos Antárticos de la Armada de los Estados Unidos. Se trataba de una serie de maniobras militares que tenían por objeto probar equipos militares y tropa en condiciones antárticas. Estas maniobras tendrían continuidad con la Operación Windmill (1947-1948) y la Operación Deep Freeze (1955-1956). Byrd peleó en las dos Guerras Mundiales y durante su vida de servicio como militar mereció numerosas condecoraciones que hablan de su gran prestigio en el Ejército de su país. Los hechos de su vida apuntan más a que fue un valeroso hombre de acción más que un fantasioso.

En uno de sus vuelos sobre el Polo Norte, realizado en 1947, ostentando Byrd el grado de Contralmirante de la Marina de los Estados Unidos, voló una vez más al Polo Norte. A su regreso reportó cómo mientras volaba a 1 700 millas de altitud detectó una entrada por la que se introdujo con su avión. Escribió que una vez en el interior de la Tierra voló sobre montañas, lagos, ríos, y vio vegetación verde y vida animal, entre la que detectó unos mamíferos que le parecieron monstruosos y semejantes a los mamuts que se desplazaban entre la maleza. Encontró ciudades y una próspera civilización, y al final su aeronave fue saludada por máquinas voladoras de un tipo que nunca había visto antes, y que le acompañaron a un lugar de aterrizaje seguro donde fue recibido por dignatarios de aquel mundo subterráneo, quienes le aseguraron que le habían mostrado el acceso hasta ellos en reconocimiento a su gran valor y sentido ético. Afirmaron estar muy preocupados por su supervivencia debido a las bombas nucleares arrojadas por los norteamericanos en Japón, y creían llegado el momento de hacer contacto con la raza humana a fin de impedir que se autodestruyera y acabara también con aquel floreciente mundo subterráneo que vivía en paz. Cuando dieron por terminada la entrevista, aquellos seres le acompañaron de nuevo a la salida.

En 1956 Byrd dirigió una expedición al Polo Sur en la que aseguró haber penetrado 2 300 millas hacia el centro de la Tierra. A su regreso declaró la existencia de una Tierra Hueca de la cual los Polos solo son dos entradas de acceso, habiendo muchas más en otros untos del planeta. Afirmó que aquella Tierra Hueca tiene su propio sol.

Siempre se ha dicho que las revistas norteamericanas Platillos volantes y la muy prestigiosa y mundialmente célebre Nathional Geographic Magazine publicaron artículos sobre los descubrimientos de Byrd, pero todos los ejemplares fueron destruidos por el Gobierno de los Estados Unidos.

Esta historia más que fabulosa ha alimentado considerablemente la leyenda de una Tierra Hueca, que no fue inventada por Byrd, sino que existe desde siempre en numerosas cosmogonías primitivas, y fue muy explotada por los ideólogos nazis, quienes basaron en ella varias teorías para validar sus oscuros enfoques místicos sobre la ciencia y la naturaleza, y demostrar así la existencia de la fabulosa ciudad de Agarthi, cuna de una raza de señores de donde habrían salido los arios, la raza superior a la que, decían, pertenecían los alemanes.

¿Reportó Byrd ciertamente todo lo que se le atribuye con respecto a un inframundo poblado por una raza medio alienígena y medio humana creadora de una alta tecnología, o se trató de una apropiación de sus hazañas por parte de los fanáticos de una de las más fascinantes teorías conspiracionistas de todos los tiempos? Hoy, en los medios científicos de los Estados Unidos, algunos grupos dudan de que, en realidad, Byrd haya volado alguna vez sobre el Polo Norte. Estas dudas se confirmaron cuando en 1996 fue hallado su diario de vuelo, en el que las anotaciones del sextante parecían haber sido borradas y sobrescritas con datos que luego aparecieron en el informe oficial de este explorador de los Polos. Pero cuesta trabajo creer en la mendacidad de un militar cubierto de medallas y que aportó tanto al conocimiento geográfico y climático de zonas de la Tierra que ocupan un lugar impresionante en el imaginario de la Humanidad.

La historia de Richar Evelyn Byrd ilustra perfectamente la importancia que siempre han tenido los Polos terrestres en el pensamiento tanto científico como mágico de la Humanidad, y sirve, junto a la de otros muchos exploradores de esas regiones, para entender por qué hoy, precisamente cuando la parte sensata de la Humanidad tiembla ante los efectos inminentes de un cambio climático cuya irreversibilidad ya parece independiente de la voluntad humana, algunos sectores vinculados a la alta política y a la ciencia puesta al servicio de los grandes capitales se frotan las manos de placer imaginando todas las ventajas que podrían obtener, en muchos campos, del deshielo de los casquetes polares.

Una vez más la especulación y la fantasía coquetean con el pensamiento mágico, pues magia tendría que hacerse para que la humanidad pudiera sobrevivir a los efectos del calentamiento global: inviernos polares sobre todo el planeta, extinción de la mayor parte de la flora y la fauna que hoy conocemos, desaparición bajo las aguas de un elevado número no solo de tierras costeras, sino de ciudades de primerísimo importancia alejadas del mar, envenenamiento de la atmósfera por dióxido de carbono, metano y otros gases incompatibles con la vida, desaparición del efecto albedo y otros muchos males que se avecinan sobre nuestro planeta y todas las especies que hoy, todavía, lo pueblan.